jueves, 8 de enero de 2009

Comportamiento infantil: nada dificil de entender

Desde la felicidad...

el juego

y otras actitudes


- Diversión vs hiperactividad infantil
- ¿Existe la depresión en los niños?
- La importancia del juego
- Explicando la felicidad en los niños

Explicando la felicidad de los niños



Que lo digan ellos mismos...

- inicio

Jugar es importante


La rutina diaria de un niño/a suena divertida. Así como una persona adulta debe cumplir con ciertas actividades un tanto necesarias, el infante debe dedicarle un considerable espacio de su día para el juego. Más que esparcimiento, significa parte del aprendizaje básico.

Jugar es una actividad innata del ser humano, y en aquel que tiene pocos años de vida, se convierte en toda una experiencia que le ayuda a comprender paso a paso el mundo que le rodea. Pero, ¿porqué es tan importante para un niño la diversión?

Un niño expresa a través del juego sus emociones y sentimientos. La Dra. Paz Salgado, terapeuta ocupacional y especialista en salud mental infantil, así lo afirma en una publicación para el portal Chile.com. “Mientras juegan los niños están manifestando sus intereses, expresándose a sí mismos y también mostrándonos cómo se sienten o piensan.”

Más que una alternativa de entretenimiento, es la vía de comunicación indirecta que tiene el niño con su entorno, para mostrar cualquier cosa. Un niño sano se desenvolverá así mientras juega.

¿Más razones? Es útil para su desarrollo del lenguaje, de la codificación e imaginación y ayuda también a los adultos a entender a los niños. El juego refleja también sus conocimientos, habilidades y destrezas, y acompañado de música, es un excelente incentivo para despertar su capacidad artística.

¿Por qué sucede la depresión infantil?


Hace mucho tiempo, y debido al factor común en el comportamiento de los niños, se creía que la depresión infantil no existía, o no se presentaba. Pero luego de varios estudios que comenzaron con pruebas de separación a animales pequeños o cachorros de sus madres, en 1975 fue aceptada como alteración Psicológica.

Clínicamente la depresión infantil se define como un estado afectivo de tristeza mayor en intensidad y duración que ocurre en un niño. La depresión se puede calificar como mayor, cuando el trastorno supera las dos semanas, y distímico, cuando los síntomas superan el mes.

Los expertos en el tema, explican las razones de este tipo de conducta mediante tres razones globales:

- Conductual: Deficiencia de habilidades sociales y acontecimientos negativos ocurridos en la vida del niño.
- Cognitivo: Negativismos. Experiencias de fracasos o ausencia de control.
- Biológico: Por defectos de salud incontrolables, alteraciones del crecimiento o hasta por herencia de los padres.

Pese a que en muchos casos se presentan más de una razón, que involucran factores sociales o biológicos, es también un problema que puede ser tratado con un experto.

Diversión vs hiperactividad infantil


Un niño que se distrae con facilidad de cualquier actividad o busca la mayor parte del tiempo una oportunidad para jugar, nos son señales de un inteligencia extrema o de mayor capacidad. De hecho, son los signos de un problema que puede afectar en su desarrollo sino se trata adecuadamente.

No es difícil distinguir al niño/a que le gusta el juego de aquel que tiene indicios de hiperactividad infantil, que no significa “niño travieso”. Suelen ser problemáticos, inquietos, nerviosos, difíciles de educar, y suelen tener un espíritu destructivo. Este comportamiento tampoco habla de un “niño malo”.

La hiperactividad es un trastorno en la conducta de los niños, diagnosticado por primera vez en 1902 por el Dr. Still. Esencialmente son los niños que desarrollan una intensa actividad motora, que se mueven continuamente, sin que toda esa actividad tenga un propósito. Generalmente este comportamiento lo demuestran cuando están en compañía de otras personas.

Esto no precisamente indica que el niño/a tiene la intención de hacer el mal, o no obedecer. Incluso este trastorno puede ocasionarle problemas, especialmente en sus estudios, y en el desenvolvimiento con los demás niños de su edad. Pero el problema, si es detectado por los padres o adultos responsables, puede ser tratado por un especialista.