Un niño que se distrae con facilidad de cualquier actividad o busca la mayor parte del tiempo una oportunidad para jugar, nos son señales de un inteligencia extrema o de mayor capacidad. De hecho, son los signos de un problema que puede afectar en su desarrollo sino se trata adecuadamente.
No es difícil distinguir al niño/a que le gusta el juego de aquel que tiene indicios de hiperactividad infantil, que no significa “niño travieso”. Suelen ser problemáticos, inquietos, nerviosos, difíciles de educar, y suelen tener un espíritu destructivo. Este comportamiento tampoco habla de un “niño malo”.
La hiperactividad es un trastorno en la conducta de los niños, diagnosticado por primera vez en 1902 por el Dr. Still. Esencialmente son los niños que desarrollan una intensa actividad motora, que se mueven continuamente, sin que toda esa actividad tenga un propósito. Generalmente este comportamiento lo demuestran cuando están en compañía de otras personas.
Esto no precisamente indica que el niño/a tiene la intención de hacer el mal, o no obedecer. Incluso este trastorno puede ocasionarle problemas, especialmente en sus estudios, y en el desenvolvimiento con los demás niños de su edad. Pero el problema, si es detectado por los padres o adultos responsables, puede ser tratado por un especialista.
No es difícil distinguir al niño/a que le gusta el juego de aquel que tiene indicios de hiperactividad infantil, que no significa “niño travieso”. Suelen ser problemáticos, inquietos, nerviosos, difíciles de educar, y suelen tener un espíritu destructivo. Este comportamiento tampoco habla de un “niño malo”.
La hiperactividad es un trastorno en la conducta de los niños, diagnosticado por primera vez en 1902 por el Dr. Still. Esencialmente son los niños que desarrollan una intensa actividad motora, que se mueven continuamente, sin que toda esa actividad tenga un propósito. Generalmente este comportamiento lo demuestran cuando están en compañía de otras personas.
Esto no precisamente indica que el niño/a tiene la intención de hacer el mal, o no obedecer. Incluso este trastorno puede ocasionarle problemas, especialmente en sus estudios, y en el desenvolvimiento con los demás niños de su edad. Pero el problema, si es detectado por los padres o adultos responsables, puede ser tratado por un especialista.
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