Como esas ya no hay. Tardes que esperaba a que llegue del trabajo para salir a pasear. No al parque porque no sabía manejar bicicleta. Al centro comercial. Cuando la razón la tenía mi mamá. Cuando solo le preguntaba, cuando hacía berrinches y me quejaba. Como esas no he visto más. Esas tardes con insolación y cielos color naranja. Nubes doradas sobre las faldas del Guagua, "cuando María hacía pan", según mi mamá. Como le dijo mi abuelita, con quien recogíamos flores marchitas. En La Alameda, ella decía "son rosas de madera". No, ya no hay
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