jueves, 26 de noviembre de 2009

sobre el respeto a los animales





La polémica sobre el respeto a los animales volvió a invadir la consciencia colectiva en estos últimos días. Las campañas en contra de eventos como las corridas de toros en otros países ya llevan años, y en muchos se han logrado cambios fundamentales. Aquí, pocos estamos en contra y por eso poco se ha conseguido.

No quisiera tomar este espacio libre para influenciar un cambio de opinión; es una convicción que si bien quieren aceptarla o negarla están en todo su derecho.

Cuando tenía algo más de seis años, mi papi me llevó a la plaza de toros. Después de eso, mi idea sobre la fiesta divertida dentro de la plaza cambió por completo. Pero obviamente no me manifesté tan como contra hasta cuando empecé a tener animales en mi casa.

Los seres humanos que razonamos deberíamos entender fácilmente que existen en el mundo otros seres vivos con los que convivimos. Y es más evidente que una gran parte de esos seres dependen de nosotros, de nuestro cuidado, de nuestra protección y afecto, si es que no quieren que lo llame cariño. No quisiera volverme romántica tampoco, pero si todos estamos compartiendo este pequeño mundo, la convivencia entre todos debería ser más armoniosa.

La otra parte del debate opina que las personas valemos más que los animales, y que deberíamos preocuparnos más por los que mueren en las guerras, que por los perros que son pisados por los autos. Y yo opino: ¿si yo defiendo a los animales, si los respeto, si los cuido y quiero, eso quiere decir que heche de menos a los humanos? ¿Tan mal están como para pensar que preferimos animales en lugar de vidas humanas? El respeto a la vida es igual para todas sus clases, y el hecho de comer carne no me hace menos respetuosa. Esas actitudes si me apenan, no tanto como las vidas que se pierden todos los días. TODO TIPO DE VIDAS.

Reprochamos el esclavismo, la tortura, la opresión, las guerras y el maltrato a los niños. ¿Y nos parece poca cosa el maltrato al animal? ¿Aquel ser que no puede hablarnos y quejarse del dolor que nosotros mismos les causamos; porque pensamos tontamente que están aquí para que nos obedezcan, complazcan, de estorbo o de adorno para una bonita familia? Ese pedazo de vida que moviendo la cola o sacando la lengua, ruega para que entendamos que tiene hambre, sed, frío, cansancio o dolor...

Mi papi, el mismo que me llevó hace 15 años a la plaza, aceptó su cambio y odia esa clase de "espectáculos" tanto como yo. Él también opina que la sociedad debe evolucionar, y con estos actos volvemos a retroceder. Mi mami -quién adora a los animales con toda su alma- opina que el conocimiento de una persona se mide con su respeto hacia los animales. Yo opino igual que ambos, y espero no ser los únicos. Porque me alegraría mucho saber que todavía hay personas sensibles, que lloran y les importan esas cosas. Que el mundo aún no ha eliminado esa valiosa cualidad que la mayoría perdió, y seguirá perdiendo si no logran entender. Mi respeto a quienes si lo hacen, y quieren a los animales, a quienes no, no.

¿El cambio no es posible? Que piensen así los pesimistas; solo que espero que así como seguimos retrocediendo no volvamos a la tortura medieval. Mi hermano opina que la postura, la actitud y el rechazo es la mejor forma de protestar, y también le apoyo. Algo para que les importe "la vida".



"El progreso moral y el desarrollo de una nación se puede medir en la forma de tratar a sus animales" Mahatma Gandhi

2 comentarios:

CELF dijo...

No somos totalmente conscientes que los animales también forman parte de nuestra vida diaria y que si están aquí es porque merecen vivir, o ellos hacen lo mismo que hacemos nosotros con ellos?... imagínense si eso fuera al revés... así que como nosotros valoramos nuestra vida, valoremos la de esos pequeños y grandes seres que nos acompañan en el mundo

Unknown dijo...

Mientras la diversión siga en la conciencia ciudadana, no se podrá quitar la ceguera de esa realidad que nos condena: la masacre de toros.

La esperenza: pensar que también existen personas que cambian de parecer sobre estos eventos... Los granitos de arena somos más.