martes, 1 de junio de 2010

el nuevo lugar



La casa de la sabiduría periodiística me abrió sus puertas hace casi dos meses, después de haber terminado los chocolates. Entré muy agradecida y con más apetito de aprendizaje cuál niña que anhela poder leer; y que luego se da cuenta que no es la gran cosa como se lo imaginó. Más la pompa! (Ojalá algún día pueda decir eso)

Salí a encontrarme con las típicas novatadas cara a cara: tener nervios antes de la entrevista, perderse en el lugar que se anotó hasta el croquis, no llamar a confirmar por miedo de alguna cosa extraña, llamar a escondidas hasta de mi sombra, olvidarse datos equivocarse otros,escribir, tachar, etc.

Luego pasé de un lugar a otro, en un par de días. Las novatadas parecían venir a mi de nuevo, cuando llegé a donde parece ser un buen lugar para aprender. Pero ahora -cuando ya me hice a la idea de comer más chocolates por lo menos por un año-, ya no hay miedo. Hay positivismo como nunca antes. Y no es tanto por el lugar, porque aún no se como será. Es por el hecho, por rodar y rodar, de aquí para allá.

Las puertas más que abiertas están estancadas para que no se vuelvan a cerrar. Y lo divertido es que son los mismos turrones de chocolate los que ahora la detienen. Pero eso es bueno, muy bueno, y por eso lo escribo. Y allá voy.

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