viernes, 14 de noviembre de 2008

Acostumbrados a ver lo mismo

Fotografía: Canción para los niños (Economía Argentina y mundial)

Ya mencioné lo que suele hacer el periodismo con la niñez: lo que está acostumbrado a hacer. Comunmente no se habla de ellos porque sus imágenes no pueden ser difundidas públicamente en la televisión o en el periodódico. Aunque los fotógrafos o periodistas gráficos omiten el tema. Muchos ganan premios por eso.

Pero la costumbre agobia en este tipo de fotografías "periodísticas". Aunque uno de los fines de utilizar imágenes es conmover, siempre se ha hecho lo mismo cuando se incluye a un niño o niña. En blanco y negro con niños tristes, solos, con problemas de alimentación, enfermos o llorando, son las llamadas "buenas fotos". Y para añadirle el toque especial: un fondo desolador.

Lo mismo que hace el periodismo con la niñez es lo que pasa con muchos acontecimientos. Los comunicadores acostumbraron a los ojos de su público a ver lo mismo, y esperan que siempre se conmuevan. Se habla del porcentaje de niños que mueren en el mundo por no tener acceso al agua potable, pero no se habla de las razones. No hay investigación. Los datos devastadores ya están, y el mundo tiene que saberlo. Tienen que oír todo va mal. Todos estamos acostumbrados.

Si nos detenemos a mirar y analizar por más de un minuto esta imagen, quizá saquemos otras conclusiones. Conmover es el primer paso. ¿De verdad no podemos hacer nada por los niños que no conocemos? Pero es que ayer dijeron que el mundo estaba mal. ¿Y mañana?

1 comentario:

Unknown dijo...

Estoy de acuerdo, muchas imagenes periodísticas muestran imagenes duras, violentas, y no solo de niños. Lo que si sabemos es que lo hacen por rainting. Sin embargo, sabiendo que la violencia causa más violencia los colegas no cambiaran jamás su manera de manejar la información porque eso, simplemente, no vende. ¿Ahora que pueden hacer los jóvenes periodistas? Tal vez mucho, empezando por fomentar una información hacía el bien común aunque esto sea muy monotono en las escuelas de periodismo. Sin embargo, es mejor seguir así, pues quién más nos daría el aliento para cambiar la manera de hacer un mejor periodismo sino nosotros mismos.